Los muertos comen muertos.
Los vivos comen muertos.
La vida galopa por mi sangre
y deja tibia la planta de mis pies
para caminar a tu lado,
para estrechar el espacio
y así viajar siempre por tus caminos.
La muerte galopa por mi sangre
late tus ausencias,
tus tristezas,
tus batallas.
Sale de mi dibujando lágrimas,
gotas de rocío
y vaho de sonrisas que perseveran.
Amor que supura el dolor
y golpea tu tempestad
para acallar
y consolar.
Te devora mi muerte
en un profundo gemido.
Te carcome y rasguña tu vida
más allá de tu muerte
para que nunca te vayas de mi vida.
Me sacias de vida
en un profundo gemido.
Me multiplica y engendra tu muerte
más allá de mi vida
para que nunca me vaya de tu muerte.
Alimentas de argumentos mi vida para morir.
Alimentas a mis gusanos de muerte para vivir.
Sus anillos se contorsionan por mi cerebro
y se nutren de los pensamientos que dejas en la cama.
Languideces en péndulo
por mis brazos y mis piernas.
Andas conmigo agonizando
hasta otro encuentro.
Vida mía, muerte mía.
Te amo a comer en la muerte de mis pupilas
y en la vida de tus besos
cada noche,
cada día
y en cada eternidad.
Agatha Ben Gregory, "Vida mía, Muerte mía. Copyright © 2023 Agatha Ben Gregory. Reimpresión con autorización de Agatha Ben Gregory.
POESÍA AGATHA BEN GREGORY