En el humedal, despierto con la ilusión de vivir en el bosque,
y al regresar a casa, desecho todo lo que él dice de mí.
No quise nunca talar sus raíces ni esparcir arena sobre sus aguas.
A veces, tu amor se convierte en un obstáculo para mí,
me cuestiona, me juzga, me condena,
reclama mi falta de honestidad, mi desenfado, mi mediocridad austera.
¿Crees, amor mío, que te habría hecho daño?
He confiado en el atardecer para conquistarte,
he depositado mi esperanza en la lluvia que te abraza,
he caminado contigo por sus senderos,
y te he obsequiado un ramillete de flores recogidas allí.
¿Aún dudas de mí?
Siento temor de que mañana cierres la puerta de tu corazón herido,
que mi identidad se vea mancillada y negada,
que mi gobierno carezca de control
y que el destino en el que creí se alce nuevamente contra mí.
Te entrego mi amor, la única dignidad que aún me acompaña,
y te dejo mis alas como garantía de que no las usaré para volar.
Agatha Ben Gregory, "En el Humedal: alas del amor." Copyright © 2024 Agatha Ben Gregory. Reimpresión con autorización de Agatha Ben Gregory.
POESÍA AGATHA BEN GREGORY