En ese eterno corazón,
fuimos tierra, cielo y laguna.
Las estrellas nos guiaban como lo hacían con los piratas en el vasto océano,
dispuestos a encontrar fortuna si la luna así lo señalaba.
Pero en mi tierra no había tal inmensidad.
Solo estaba la laguna y un mar sediento que se enredaba entre los árboles
y se deslizaba por la llanura.
Un mar de riqueza luminosa y misteriosa, un fantástico humedal.
Agatha Ben Gregory, "Tierra, cielo y laguna." Copyright © 2024 Agatha Ben Gregory. Reimpresión con autorización de Agatha Ben Gregory.
POESÍA AGATHA BEN GREGORY